Cuando oímos hablar del Himno de Riego, a menudo lo asociamos a la Segunda República. Pese a esto, lo cierto es que sus orígenes son muy anteriores, estando ligado desde el principio a los primeros años del liberalismo y el constitucionalismo españoles, lo que, en cualquier caso, no ha impedido que los republicanos españoles lo hayan reivindicado y hecho suyo en las últimas décadas, como forma de reivindicar los símbolos de la lucha histórica contra el absolutismo en nuestro país.

Este himno, como su nombre indica, fue dedicado al teniente coronel Rafael de Riego por su compañero de armas Evaristo San Miguel, con motivo del alzamiento contra Fernando VII que lideró el propio Riego . Dicho alzamiento tuvo lugar en protesta contra el absolutismo del monarca, y se propuso como objetivo restaurar la vigencia de “la Pepa”, constitución liberal aprobada por las Cortes de Cádiz en 1812 y derogada arbitrariamente por el rey dos años más tarde. Si bien es cierto que dicho alzamiento alcanzó inicialmente su objetivo, tan sólo 3 años después del mismo el rey consiguió restaurar el absolutismo con ayuda de tropas extranjeras, e hizo ahorcar al militar liberal. Pese a esto, la memoria del mismo permaneció viva, como por ejemplo demuestra el himno que lleva su nombre.

Si bien el origen de la letra es claramente conocido, existe más debate a respecto del origen de la música, ya que esta es atribuida a diferentes personas según distintos autores; aunque de todos modos es frecuente atribuírsela a José Melchor Gomís. Sin embargo, también existen estudios recientes que ubican el posible origen de la composición en el pueblo pirenaico de Benasque, lugar donde existía desde mucho antes una pieza similar al himno (el Ball de Benas o baile de Benasque), dónde Riego podría haberla conocido y, posteriormente, adoptarla como himno con algunas modificaciones.

Pese a que hoy es sin duda el más conocido de los posibles himnos alternativos a la Marcha Real, lo cierto es que no es ni ha sido el único. Durante el Sexenio Democrático se convocó un concurso para aprobar un nuevo himno (aunque finalmente el premio quedó desierto), mientras que en la Segunda República también existieron propuestas alternativas al Himno de Riego, entre las que cabe destacar el Canto Rural a la República Española.

Contra lo que se suele pensar, el Himno de Riego, no llegó a ser oficial durante la Segunda República, si bien entre los partidarios de su adopción estuvieron políticos tan ilustres como Manuel Azaña. Pese a todo, su presencia en el imaginario colectivo fue entonces fuerte, lo que hace que hoy en día lo asociemos a esa etapa de nuestra historia.

Se ha versionado en varias ocasiones este himno. El ejemplo más notorio es el de la llamada “Letra satírica” del Himno de Riego, de origen popular y contenido fuertemente anticlerical, que a menudo fue preferida por el pueblo llano a la letra oficial, ya que era menos solemne y más sencilla de aprender. En otras ocasiones, se han elaborado versiones más formales, como puede ser la de los colegios del exilio español en México, con una letra alternativa en clave mucho más pacífica que la original.

También ha sido protagonistas de varios momentos de polémica. Entre ellos, podemos destacar su interpretación por error en el encuentro entre las selecciones de fútbol de España y Checoslovaquia en 1967 y, más recientemente, su interpretación, también por error, durante la Copa Davis de 2006.

Teniendo en cuenta lo expuesto con anterioridad, podemos afirmar que el Himno de Riego es a la vez un himno no solamente republicano, sino liberal y democrático, susceptible de ser aceptado por cualquier ciudadano de una España avanzada y moderna; y también un himno que, precisamente por ser liberal y democrático, es ideal para ser reivindicado para aquellos que, con la república, quieren llevar a la democracia hasta sus últimas consecuencias.